Día de marras

Día fácilmente olvidable. El coche me deja tirada en la calle, el ordenador casi sucumbe a un virus... Hay días que son mejor olvidar.

Así que hoy, querido 10 de enero, dáte por olvidado.

Viento

Esta noche pasada, cercanas las cinco de la madrugada, un golpe me despertó de tu lado. Desconocía qué ocurría. Me levanté de la cama. Tú dormías ajeno a todo...

Anduve por el frío suelo del piso hasta el salón. A través del ventanal, en silencio, a oscuras, pude ver los toldos agitarse bajo un vendaval frío. El aire rugía con fuerza en la calle.

Regresé al dormitorio y volví a cobijarme bajo las mantas, abrazada a ti.

Fuera hacía frío...

El perfil...

...que recuerdo de aquella noche de invierno, el tuyo.

Al fondo, la ciudad de Barcelona ardía en luces de neón.

Sonaba aquella canción de The Beloved.

Ha de sonar esta noche también...

Noche de los difuntos

Parajes de tamaña soledad... Viviendo el día y la noche confundidos en un mismo momento.

Notando las caricias de las cuatro estaciones... El frío invierno. La cálida primavera. El tórrido verano... El lánguido otoño.

Probablemente el mejor momento de su vida.

Silencio no más.

Una noche de enero

Allá a principios de año, cuando todo son esperanzas, creencias y proposiciones, nos escapamos en coche a Castelldefels. Hacía frío, lo recuerdo perfectamente. Aparcamos no lejos de la playa y anduvimos por un paseo de madera hasta el límite mismo de la arena.

Toda la inmensidad negra del mar se abrió ante nosotros. Oíamos las olas morir cerca de nosotros. Toda la inmensidad negra del cielo estaba abrazada al mar, y, como de casualidad, en una esquina de aquella inmensidad nuestra, la luna apareció roja por unos instantes. Una media luna roja.

Una media luna breve...

Roja.

Nuestra.

Un recuerdo para toda la vida. Por breve. Por extraordinario.

Comienzo...

Vengo de un mundo donde la vida gira 360º...

Ahora aflora aquella canción de El Último de la Fila.

"Se desdibuja en mi memoria... la umbría vereda que tantas veces recorrí"